Deira, Ernesto – Argentina

Vida de Ernesto Deira

Nace en Buenos Aires, en 1928. Tras licenciarse como abogado, profesión que ejerció durante cuatro años, comienza sus estudios de pintura en 1954 con Leopoldo Torres Agüero, y posteriormente continuará con Leopoldo Presas (1956).

En 1960 realiza su primera exposición individual en una galería de Buenos Aires. Un año más tarde realiza una exposición colectiva junto a Luis Felipe Noé, Rómulo Macció y Jorge de la Vega bajo el nombre de “Otra Figuración”, con el cual quedó bautizado este colectivo de artistas. ^[1]  El grupo se disuelve en 1965, pero la trayectoria de Deira continúa. En 1966 obtiene el segundo premio de pintura en la III Bienal Americana de Arte, en Córdoba (Bienal IKA), en 1967 gana el prestigioso Premio Palanza, de la Academia Nacional de Bellas Artes, el Premio Konex y el primer premio de pintura otorgado por la Fundación Fortabat.

Junto a su gran impacto en el arte argentino, Deira expone en otros países de América Latina, así como Estados Unidos y Europa, donde también residirá.

Fallece en París en 1986.

Obra de Ernesto Deira

Su lenguaje se corresponde con la Nueva Figuración, tanto dentro de su pertenencia a la Otra Figuración como posteriormente. Este grupo, del cual Deira fue cofundador, tenía como fin negar tanto la abstracción como las formas tradicionales de pintura, y esa continuará siendo la tónica de su trabajo.

Deira centra su obra en la figura humana y toma del informalismo y el expresionismo aquello que le permite jugar con la materia, las formas y el color, para distorsionar la figura, representando al ser humano en su vertiente más destructiva.

A través de la representación de figuras de diferentes épocas y que han sufrido diversas catástrofes, Deira aborda el conflicto como parte de la condición humana, aunque no deja de evidenciar la responsabilidad individual de cada uno de nosotros frente a esta realidad.

Emplea las características propias de los materiales para crear un efecto concreto en sus obras. A pesar de la apariencia caótica de sus obras, Deira cuidaba en extremo la composición y los colores de éstas, empleándolos ambos con la finalidad de transmitir inquietud y angustia.

Características de sus pinturas son la representación de figuras ocupando la totalidad del cuadro, incluso saliéndose fuera del marco, el empleo de colores planos y vivos, aunque el negro también tiene un gran protagonismo en su obra, el uso de la mancha de color y la expresividad en el trazo.

Silvia Sánchez
Curadora

[1] En Análisis crítico-descriptivo de la Nueva Figuración Argentina 1961-1964, Estefanía Tamburrino Cabrera (p. 16), establece que la primera muestra en la que se denominaron bajo el nombre de “otra figuración” fue el 61, en la galería Peuser, aunque muchos estudios empiezan a contar desde las exposiciones previas de 1957 y 1958, más vinculadas con el Informalismo que con la Nueva Figuración, como precedentes o primeras manifestaciones del nuevo movimiento.