BIOGRAFÍA DE RUFINO TAMAYO
De nombre completo Rufino del Carmen Arellanes Tamayo, toma únicamente el apellido de su madre, de origen zapoteca, para su nombre artístico.
Nace en Tlaxiaco, ciudad de la región de Oaxaca, pero con 11 años se traslada a vivir a México con su tía tras el fallecimiento de su madre. Inició sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes de México en 1915 pero pronto la abandonó, continuando de manera autodidacta. En 1926 realizó su primera exposición individual en esta misma ciudad.
Contemporáneo a Rivera, Orozco y Siqueiros, su desarrollo artístico coincide con el movimiento muralista mexicano y el influjo del movimiento de recuperación de lo considerado nacional en esos momentos. Sin embargo, Tamayo tenía una visión particular sobre como representar identidad en el arte, más allá del socialismo y de “lo nacional” tal y como la Escuela de Pintura Mexicana lo entendía. Forma parte pues de la Generación de Ruptura, junto con otros autores como José Luis Cuevas o Carlos Mérida.
En 1938 marcha a Nueva York para trabajar como profesor en la Dalton School of Art. Inicia aquí su etapa neoyorquina, que coincidirá con el ascenso de la ciudad como como la capital del arte contemporáneo tras las consecuencias de la II Guerra Mundial en París y Europa en general. Pero su fama a nivel internacional no llegará hasta 1949, año en el que participa en la XXV Bienal de Venecia. Este mismo año se instala en París, donde llega a integrarse plenamente en el movimiento cultural de posguerra.
En 1960 regresa a México siendo un artista reconocido tanto a nivel internacional como nacional, un referente de contemporaneidad para ambos. A partir de este momento, los temas de identidad nacional, referencias culturales y tradiciones indígenas se hacen más patente en su obra. Tamayo refleja tanto la herencia cultural indígena como la modernidad, a partir de un lenguaje completamente vanguardista.
Rufino Tamayo, además de su faceta artística y de profesor, se convertirá en un gran apoyo para los artistas noveles mexicanos en un papel de amigo, promotor y gestor artístico, lo que le llevó a adquirir tanto obra de artistas mexicanos contemporáneos a él como de artistas internacionales y de arte precolombino. Esta triple temática como coleccionista deja ver sus intereses y manifiesta su firme intención de no permitir que los jóvenes artistas mexicanos perdiesen de vista su pasado antiguo, como tampoco la modernidad presente.
OBRAS DE RUFINO TAMAYO
Siguiendo el camino que tomó tras sus primeros años al alejarse de los cánones de la Escuela Mexicana, Tamayo no narra historias en sus obras, simplificando tanto en las formas como el contenido. Al contrario que estos también, en lugar de centrarse en la representación de las barbaridades de la Revolución, Tamayo representa el México moderno, industrial, pacífico y estable.
Con una mirada puesta en la contemporaneidad, Rufino se acerca a las vanguardias europeas y norteamericanas de las cuales destaca la influencia de artistas como Paul Cézanne, Jean Dubuffet, el expresionismo abstracto americano, el cubismo y la abstracción geométrica serán determinantes para la formación de su estilo propio.
En su pintura sintética da prioridad a la forma y la figura, con un empleo magistral del color. En su obra logra aunar textura, color y forma en una misma pincelada, tres cualidades que comparten protagonismo en sus obras.
Silvia Sánchez Ruiz
Curadora
MAYA, Aurea; “Rufino Tamayo: El encuentro con el color”. EL SEMINARIO (10-08-2017). Disponible en: https://elsemanario.com/colaboradores/aurea-maya/218825/rufino-tamayo-encuentro-color/ [Fecha de consulta: 26/09/2019]
“Rufino Tamayo, el principal exponente del arte del México moderno”. Secretaría de Cultura del Gobierno de México (24-08-2013). Disponible en: https://www.gob.mx/cultura/prensa/rufino-tamayo-el-principal-exponente-del-arte-del-mexico-moderno?state=published [Fecha de consulta: 26/09/2019]
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