Francisco Toledo y “La leyenda del alacrán”
“La leyenda del alacrán” es un mito de origen náhuatl (pueblo prehispánico de Mesoamérica) que cuenta la creación del escorpión. En ella se narra la historia de Yappan, un sacerdote que existió en el quinto sol (como se denominaban a las etapas o ciclos vitales).
Yappan se enteró de que, al fallecer, los hombres de su era serían convertidos en alguna suerte de animal, y trató de ganarse el favor de los dioses para que así lo dotasen de las mejores características. Para ello Yappan prometió abstinencia y castidad y se retiró sobre una piedra llamada tehuehuetl (traducido como “tambor de piedra”).
Las diosas y Chalchicueye se dieron cuenta de que si el sacerdote cumplía su penitencia se convertiría en un animal cuya picadura sería mortal. Para evitarlo, enviaron mujeres para tentarlo, aunque sin éxito. Finalmente fue Xochiquetazal, hermana del propio Yappan, diosa de la belleza, las flores, el amor y las artes, la que logró que Yappan rompiera su palabra.
Yaotl, el dios encargado de vigilar a Yappan, al enterarse de la transgresión le reprendió sentenciándolo a vivir en la tierra como una criatura maligna. Le dio el nombre de colotl, “el torcido”, traducido también como alacrán.
Tras su sentencia Yaotl decapita a Yappan y este se convierte en alacrán negro. Pero la diosa Citlalcueye determinó, al mismo tiempo, que su picadura no fuera mortal.
Francisco Toledo es un artista que huye de la narrativa representando en sus obras conceptos a través de figuras o iconos (lo que se conoce como representaciones metamórficas), algo muy propio también de la cultura prehispánica.
En la obra “Mujer con alacranes” vemos signos en clara referencia al alacrán, que surgen de las extremidades de la mujer. La figura femenina nos remite a la tentación sexual que encarna la diosa Xochiquetzal en el mito, concepto que también podemos relacionar con la tradición cristiana, así como con el mito contemporáneo de la femme fatale.
Toledo representa a la figura femenina semihumana de perfil, con un elemento o forma geométrica entre las manos. Esta es la misma actitud en la que se representaban a los dioses en los códices, donde es común encontrar representaciones de divinidades antropomorfas con cola de escorpión.
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Mujer con alacranes, 1985Francisco Toledo
Litografía sobre papel
56 x 76
Silvia Sánchez Ruiz
Curadora
VÁSQUEZ GALICIA, Sergio Ángel. “El alacrán en Mesoamérica: transgresor sexual y símbolo de lo negativo”. En: Itinerarios, V. 21 (2015). Universidad Nacional Autónoma de México. ISSN 1507-7241, pp. 101-122. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6128096.pdf [Fecha de consulta: 04/08/2022]
“La Leyenda del Alacrán” por Miguél León-Portilla. En: https://www.revistadelauniversidad.mx/download/eab50769-ab16-459b-95d6-04a3baae0264?filename=la-leyenda-del-alacran [Fecha de consulta: 04/08/2022]
MELIC, Antonio (en línea). “De Madre Araña a demonio Escorpión: Los arácnidos en la Mitología”. En: ARACNET 10 – Revista Ibérica de Aracnología (Boletín), 5(2002), pp. 112–124. Disponible en: http://entomologia.rediris.es/aracnet/e2/10/03mitologia/ [Fecha de consulta: 04/08/2022]
