Mario Toral y la cosmogonía mapuche

Mario Toral y la cosmogonía mapuche

Según la mitología mapuche, el dios Chau creó el cielo y la tierra, y la llenó de vida animal y vegetal, creando en último lugar a los hombres, los mapuches.

El dios Chau (padre), o Antü (sol), como también se le conocía, vivía con su mujer Kushe o Kuyén (que significa bruja o sabia) y sus dos hijos. Durante el día, Chau salía para cuidar de sus creaciones, mientras que por la noche era la diosa Kushe quien lo hacía.

Con el tiempo el Dios Chau y la Diosa Kushe tuvieron más hijos, lo que despertó los celos de los primogénitos. Estos, enfadados, conspiraron contra su padre y madre para arrebatarles el reinado de la tierra. Cuando el dios Chau se enteró se enfureció y, de un puñado, lanzó a sus hijos contra la tierra. Al chocar, sus cuerpos se rompieron en miles de pedazos. Su madre, la diosa Kushe, al verlos comenzó a llorar, y sus lágrimas llenaron de agua los dos huecos que habían dejado en la tierra sus cuerpos al impactar, formando dos grandes lagos.

Dolido por la traición de sus hijos, pero arrepentido de su ataque de ira, el Dios Chau reunió sus cuerpos despedazados y los convirtió en una culebra alada llamada Kai-Kai Filu, que sería la encargada de llenar mares y lagos.

Pero Kai Kai Filu, llena de rabia y de odio contra el Dios Chau y los mapuches, sus protegidos, en lugar de obedecer a su padre, se dedicaba a aterrorizar a los mapuches provocando desastres naturales como terremotos y oleajes moviendo muy rápido su cola y sus alas.

Para proteger a sus criaturas, el Dios Chau modeló con una arcilla especial una nueva serpiente buena. La llamó Ten-Ten y su misión era advertir a los Mapuches cuando la ira de Kai-Kai Filu comenzase a despertarse, para que se pusiesen a salvo.

Un tiempo después, el Dios Chau quiso bajar a la tierra para comprobar personalmente el estado de sus criaturas y si había surtido efecto su plan para ayudarles. Disfrazado de aspecto corriente, el Dios Chau se presentó entre los Mapuches y les enseño a realizar los trabajos del campo y respetar el tiempo, el arte de la siembra y las cosechas, la elección de las semillas y la conservación de los alimentos y les hizo un gran regalo, el fuego. Así es como el Dios ganó otro nombre … “lo bueno del cielo”.

El Dios Chau regresó a su casa y pasó largo tiempo sin volver a aparecer, tanto que la gente se empezó a olvidar de él. Los hombres empezaron a pelearse entre ellos y ya no había quien respetase sus enseñanzas ni sus consejos. Ni tan siquiera los descendientes de sus hijos hablaban con respeto de los dioses.

Desolado al ver en lo que sus criaturas se habían convertido, el Dios Chau le pidió a Kai-Kai Filu que azotase una vez más las aguas, provocando una autentica inundación para asustar a los Mapuches y darles una lección. Ten-Ten, la serpiente buena, también escuchó lo que el dios decía y emitió el sonido de alerta establecido. Atemorizados, los Mapuches corrieron a resguardarse en la montaña que llevaba su nombre (Ten- Ten) pero el agua ya había comenzado a subir. Furioso, el Dios Chau lanzó rayos desde el cielo que alcanzaban a todos aquellos que lograban ponerse a salvo en lo alto de la montaña. Solo dos lograron sobrevivir, un niño y una niña que habían quedado resguardados en una profunda grieta en la tierra.

Estos serían los dos únicos seres humanos que quedaron en la tierra, que crecieron sin madre ni padre, amamantados y cuidados por una zorra y una puma. De ellos serán descienden todos los Mapuches que vendrán. Sin embargo, el Dios Chau no volvió a velar por ellos, abandonándolos a su suerte. Por eso se dice que fue posible que fuesen conquistados por otros pueblos, como los blancos. Desde entonces, la tierra ya no es lo que era. Las cosechas ya no son tan abundantes, proliferan las enfermedades y los chicos no hacen caso a los mayores.

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El mito en la obra

Este óleo es una pintura preparatoria para el proyecto mural “Memoria Visual de una Nación”, en el cual Mario Toral recupera la memoria colectiva de los pueblos originarios. En “El origen del mundo según el mito Mapuche” aparecen representados de manera sincrética los elementos y personajes narrados en el mito, como las serpientes Ten-Ten y Kai-Kai Filu, el dios Chau y la diosa Kushe, e incluso los fenómenos de la naturaleza descritos en el mito, así como a los mapuches, entre otros elementos, a cuya identificación e interpretación les invitamos.

 

 

Silvia Sánchez Ruiz
Curadora

 

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Referenicas

Mito narrado por “Había una vez… Un cuento, un mito y una leyenda” https://www.buzzsprout.com/471847/1688314-la-creacion-segun-la-tribu-mapuche

https://www.territorioancestral.cl/2022/04/16/la-historia-de-tren-tren-y-kai-kai-vilu-mas-que-un-mito-y-leyenda/

https://museo.precolombino.cl/2020/10/07/caicai-y-trentren/

[Fecha de consulta para todos los enlaces: 26/05/2022]

GODOY, Carmen Gloria. “Memoria Visual de una Nación: la identidad revisitada” (2007). Revista Chilena de Antropología Visual, num. 9, pp. 120-144. ISSN-e 0717-876X. Disponible en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6496840&orden=0&info=link [Fecha de consulta: 26/05/2022]

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