Moore, Henry – Inglaterra

1898-1986 | Arte Europeo

BIOGRAFÍA DE HENRY MOORE

Nace en Castleford, un pequeño pueblo de Yorkshire, en 1898. A pesar de sentirse atraído por la práctica artística desde joven, Moore se forma y trabaja como maestro, y acaba uniéndose al ejército en la Primera Guerra Mundial. Precisamente gracias a una beca para excombatientes, en 1919, logra estudiar en la Leeds School of Art y más tarde en el Royal College of Art en Londres.

En 1920 viaja a Italia y Francia, donde conoce la obra de artistas clásicos como Giotto o Masaccio, así como la de los contemporáneos Picasso, Cézanne, Hans Arp y Modigliani. En 1933 se une al grupo Unit One, formado por escultores y arquitectos vanguardistas como Barbara Hepworth, Ben Nicholson, o el crítico Herbert Read. A pesar de que nunca formó parte del movimiento surrealista, y de que su obra ni siquiera iba en consonancia con las premisas del mismo, Moore formó parte del comité seleccionador de la Exposición Internacional Surrealista de Londres (1936), en la cual también expuso.

Tras un bombardeo en 1940 su estudio de la ciudad quedó dañado, por lo que tuvo que mudarse a una granja a las afueras. Lo que en un inicio iba a ser una residencia temporal acabó siendo su hogar y el de su familia durante décadas.

En esta época destaca el papel de Henry Moore como artista oficial de la guerra por petición de Kenneth Clark, entonces director de la National Gallery de Londres. Para ello Moore realiza principalmente dibujos, en los cuales vemos trasladadas las cualidades escultóricas de su lenguaje.

En 1977 decide junto a su familia crear la Henry Moore Foundation, con la que buscaba fomentar el disfrute de las artes, especialmente el de la escultura.

El artista se dedica a trabajar para la Fundación hasta su muerte en 1986.

 

OBRA DE HENRY MOORE

Conocido principalmente por su obra escultórica, Henry Moore trabaja tanto escultura como dibujo, estampación y diseño textil.

Su obra se basa en la representación de la figura humana, especialmente la femenina. Destaca por las líneas curvas que perfilan sus personajes, llevados a una deformación expresiva que, sin embargo, se aleja de la idea del horror que sí está presente en la obra de otros autores contemporáneos.

El inusual éxito y reconocimiento que Henry Moore recibe en vida le permitió realizar encargos artísticos y escultóricos de gran impacto que lo sitúan como referente del arte moderno de la época. Entre ellos podemos destacar la obra “Madonna y el niño” (1943), para la Iglesia de San Matthew en Northampton, o la famosa “Figura reclinada” (1956-58), realizada para la UNESCO en París, además de otro gran número de esculturas en espacios públicos, hospitales, escuelas, etc., o su participación en exposiciones internacionales, como la retrospectiva que realizó de su obra el MoMA en 1946. Finalmente, en 1948, La Biennale de Venecia le concede el Premio Internacional de Escultura, lo que acaba por consolidarle a nivel internacional.

Tras la guerra, y coincidiendo también con el nacimiento de su hija en 1946, la obra de Moore se llena de dibujos y estudios donde las maternidades y la vida doméstica son el centro, aunque como vemos la realización de obra escultórica no cesa.

A partir de los años 60, las formas de Moore se vuelven cada vez más abstractas, inspirándose en la naturaleza. Estas formas biomorfas parecen haber sido sometidas a la visión del microscopio, trabajando este formato ampliado tanto en sus obras de gran formato como en las de menor formato o dibujos.

Las figuras de Henry Moore combinan tanto sus características formas suaves y curvas, como también pueden presentar bordes afilados, formas compactas retorcidas y puntos que se estiran. En el juego de los espacios son tan importantes los volúmenes como los huecos vacíos. Este lenguaje lo podemos ver tanto en su obra escultórica como en sus dibujos y estampaciones.

 

 

Silvia Sánchez Ruiz
Curadora