Alonso, Carlos – Argentina

Carlos Alonso: Los inicios de un maestro del arte argentino

El artista argentino Carlos Alonso nació en Tunuyán, Mendoza, en 1929. Estudió en la Academia Nacional de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Cuyo, donde fue discípulo de destacados maestros como Sergio Sergi en dibujo y grabado, Lorenzo Domínguez en escultura, y Francisco Bernareggi y Ramón Gómez Cornet en pintura.

En 1953, ya establecido en Buenos Aires, comenzó a exponer con la Galería Viau, que le otorgó una beca para viajar a Europa, donde recorrió París, Madrid y Londres.
Tras el golpe de Estado en Argentina en 1976, Alonso se exilió en Italia, y tres años después se trasladó a Madrid. En 1981 regresó a Buenos Aires y, al año siguiente, se instaló definitivamente en Unquillo, Córdoba, donde reside actualmente.

Un lenguaje visual entre la alegoría y la realidad

Entre la alegoría y el realismo crudo, la obra de Carlos Alonso se caracteriza por su profunda carga simbólica y por reflejar la violencia de la historia reciente. Su producción destaca por el dominio de la línea y el dibujo, que definen una figuración simbólica de tendencia esquemática y expresiva.

El artista trabaja habitualmente en series donde los temas y personajes se repiten a lo largo del tiempo. Esta reiteración deliberada le permite explorar distintos matices de una misma idea, creando un diálogo continuo entre sus obras. Así, motivos y figuras reaparecen incluso décadas después, otorgando unidad y continuidad a su trayectoria.

Arte, memoria y compromiso

Las referencias a figuras históricas y culturales son constantes en su trabajo: desde grandes maestros de la pintura como Van Gogh o Lino Enea Spilimbergo, hasta intelectuales contemporáneos como su amigo Jorge Luis Borges, pasando por símbolos universales como el “Che” Guevara.

El compromiso social y político de Carlos Alonso se manifiesta en toda su creación artística, que abarca pintura, grabado, dibujo, collage, escultura e instalaciones. A través de estos lenguajes, su obra interpela al espectador y mantiene viva una reflexión crítica sobre la historia, la memoria y la condición humana. Explora parte de su obra en Museo Ralli.