
WIFREDO LAM, UN LEGADO DE IDENTIDAD Y VANGUARDIA
Wifredo Lam fue uno de los artistas más relevantes del siglo XX, un pintor cubano cuyo legado ha dejado una huella profunda en la historia del arte moderno y contemporáneo. Su obra, un híbrido entre las influencias de las vanguardias europeas y las tradiciones africanas y caribeñas, es reconocida mundialmente por su singularidad y originalidad. Las obras de Wifredo Lam destacan por su capacidad de fusionar lo moderno con lo ancestral, creando un estilo único que continúa fascinando a los espectadores.
Nacido el 8 de diciembre de 1902 en Sagua la Grande, Cuba, Wifredo Oscar de la Concepción Lam y Castilla creció en un entorno multicultural. Su padre, un comerciante chino, y su madre, mulata, de ascendencia africana, española y aborigen, influyeron profundamente en su identidad. Desde joven, Lam estuvo en contacto con la santería y la magia, elementos esenciales de la cultura cubana que integrarían más tarde en su arte.
En 1920 ingresó en la Escuela Profesional de Pintura y Escultura San Alejandro, en La Habana, donde comenzó a perfeccionar sus habilidades artísticas. Tras tres años de formación, pasó a formar parte de la Asociación de Pintores y Escultores de La Habana, participando en exposiciones de arte local.
En 1923 viaja a España como becario para estudiar en la Academia de San Fernando de Madrid. Durante su estancia en Madrid, Lam profundizó en el estudio de los grandes maestros expuestos en el Museo del Prado y comenzó a desarrollar un estilo más moderno, influenciado por artistas como Picasso, Matisse y Gauguin. Su obra comenzó a alejarse del academicismo y se aproximó a las vanguardias de la época, especialmente al cubismo y al surrealismo.
INFLUENCIAS Y TRANSFORMACIÓN DE SU ESTILO
Durante la Guerra Civil española, Lam se alineó con el bando republicano y participó activamente en la creación de carteles propagandísticos para las brigadas artísticas internacionales. Sin embargo, este período de lucha fue también una tragedia personal, ya que en 1931, su esposa Eva Piris y su hijo murieron a causa de la tuberculosis, lo que marcó un punto de inflexión en su vida y en su arte.
Tras el triunfo del ejército franquista en 1939, Lam se exilió en París, donde su vida artística dio un giro significativo. Fue en la capital francesa donde conoció a Pablo Picasso, quien se convirtió en una influencia esencial para él. También entró en contacto con otros miembros del surrealismo y adoptó muchas de las ideas del movimiento, en especial las prácticas del automatismo psíquico. A pesar de estas influencias, Lam siempre logró mantener una identidad artística propia, alejada de los movimientos de vanguardia europeos.
En 1941 regresó a Cuba, donde encontró una escena artística en crisis debido a la dictadura de Fulgencio Batista. Su regreso marcó el inicio de una nueva etapa en la que intentó representar una visión de Cuba que celebrara su identidad africana y mestiza, proponiendo una alternativa al arte moderno impuesto por el régimen.
A lo largo de su carrera, las obras de arte de Wifredo Lam se caracterizaron por la incorporación de elementos simbólicos africanos y caribeños, fusionados con las formas geométricas y el uso del color propios del cubismo y el surrealismo. Una de sus contribuciones más destacadas al arte fue el uso de la máscara como elemento central en su obra. Lam no solo incorporó la máscara como símbolo cultural africano, sino que también la utilizó como una herramienta para explorar el concepto de «enmascaramiento», en el cual ocultar la identidad se convierte en un acto de resistencia y reivindicación.
Entre 1937 y 1938, las figuras de sus pinturas comenzaron a ser reemplazadas por rostros que adoptaban formas más abstractas, con óvalos semivacíos y líneas que sugerían, más que representaban, los rasgos humanos. Se adelanta pues al contacto con la obra de Picasso, que conocerá directamente en sus visitas al taller una vez en París, y al impacto que en él tuvo el Musée de l’Homme, que no fue inaugurado hasta 1938, año de su llegada a París. Por lo tanto, podemos decir que Lam ya había iniciado este camino estético tan definidor de su obra, el cual encontrará el apoyo de otros artistas contemporáneos -como el caso de Picasso-, y no supeditarlo a una influencia directa y única del artista español, como también se señala en otros estudios.
En Marsella, donde se exilió durante la Segunda Guerra Mundial, Lam continuó explorando el surrealismo y la práctica del automatismo. Fue en este período cuando su obra empezó a adoptar un carácter más simbólico y personal, reflejando su visión de la identidad cubana y la lucha por la libertad en un contexto de opresión.
El concepto de «transculturalización«, que Lam adoptó de su amigo Fernando Ortiz, etnólogo y antropólogo cubano, fue fundamental para su obra. Este concepto promovía la idea de que la identidad cubana era el resultado de una mezcla de diversas culturas, y Lam reflejó esta idea en su arte al fusionar elementos africanos, europeos y caribeños. La obra de Lam se convirtió en un testimonio visual de esta mezcla de culturas, y sus pinturas, con sus formas geométricas y simbolismo ancestral, ofrecían una visión única de la identidad cubana en un contexto global.
A lo largo de los años, las obras de Wifredo Lam continuaron evolucionando. En su segunda etapa en París, Lam experimentó con nuevos materiales y siguió explorando el azar y la espontaneidad en sus trabajos. Fue en esta etapa cuando comenzó a trabajar con cerámica, una disciplina que exploró profundamente en los últimos años de su vida. En 1962, Lam adquirió una casa en Albissola, Italia, donde se dedicó a la producción cerámica, creando piezas que continuaban explorando los mismos temas de su pintura. En 1975 trabaja en una obra autobiográfica que llevará el título de “El nuevo Nuevo Mundo de Lam” (y que finaliza en 1976). Se trata de una cartografía de afinidades poéticas y sociopolíticas, con multitud de referencias y lenguajes, a partir de las cuales realiza un discurso personal.
DISFRUTA DE LAS OBBRAS DE WIFREDO LAM EN MUSEO RALLI MARBELLA
Si eres un amante del arte, en Museo Ralli contamos con algunas de las obras de Wifredo Lam más destacadas. Sumérgete en la singularidad de su estilo y comprende mejor la influencia de la cultura africana, caribeña y europea en su trabajo. Una oportunidad única para disfrutar del arte de uno de los artistas más importantes de América Latina.
Su legado sigue vivo en sus obras de arte, que continúan siendo una referencia para las generaciones de artistas contemporáneos. Su capacidad para integrar diferentes tradiciones culturales y estilos artísticos, desde el cubismo hasta el surrealismo, lo coloca como uno de los artistas más innovadores de su tiempo. Hoy en día, las obras de Wifredo Lam no solo son admiradas en museos y galerías de todo el mundo, sino que también siguen siendo objeto de estudio y reflexión por su profundo mensaje sobre la identidad, la resistencia y la trascendencia cultural.
Con su obra, Lam dejó un legado de creatividad, innovación y reflexión sobre la identidad cubana y latinoamericana, y su influencia sigue siendo palpable en el arte contemporáneo. A través de sus obras, podemos entender mejor la historia y la cultura de Cuba, y cómo su arte contribuyó a la creación de un discurso visual que sigue siendo relevante hoy en día.
Silvia Sánchez Ruiz
Curadora
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