La muestra se articula en torno a una serie de obras de artistas que formaron parte del Movimiento Espartaco. Sin seguir un orden o estructura cronológica, en ella podremos encontrar ejemplos de las diferentes tendencias, estéticas y lenguajes que se desarrollaron durante la duración del mismo y su proyección más allá de éste, manteniéndose ciertas similitudes y recurrencias en el trabajo individual de cada uno de ellos. Especialmente, vemos esta evolución plástica dentro de un mismo artista a partir de la reiteración de motivos y temas tratados con un lenguaje diferente.
La exposición cuenta con un total de 12 lienzos y un pastel, a los cuales les acompañan muestras de obra gráfica y documentación del propio movimiento, que sitúan al visitante dentro del contexto en que surge y se desarrolla la propuesta espartaquista.
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Los que esperan, 1959
Ricardo Carpani
Colección Ralli
Óleo sobre tela
200 x 150 cm -
Figura, 1960
Ricardo Carpani
Colección Ralli
Óleo sobre tela
100 x 140 cm -
Hombres cargando bolsas, 1975
Mario Mollari
Colección Ralli
Óleo sobre tela
110 x 105 cm -
La mujer del pañuelo blanco, 1969
Juana Elena Diz
Colección Ralli
Óleo sobre tela
50 x 90 cm -
Figura, 1969
Pascual Di Bianco
Colección Ralli
Óleo sobre lienzo
123 x 137 cm
Inicios y formación del Movimiento Espartaco
En 1957, Ricardo Carpani, Juan Manuel Sánchez y Mario Mollari comienzan a realizar exposiciones conjuntas con la propuesta de una pintura social de discurso revolucionario. Un año más tarde se redacta un manifiesto titulado “Por un arte revolucionario” donde se sientan las bases ideológicas del movimiento, que surgirá a raíz de Primera Exposición Rioplatense de Arte Moderno de Buenos Aires, en 1959. En ella, a los tres artistas antes mencionados se suman Carlos Sessano y Esperilio Bute. A partir de este momento fueron bautizados con el nombre de “Movimiento Espartaco”, en honor a la Liga Espartaquista (un movimiento obrero alemán de origen marxista encabezado por Rosa Luxemburgo).
A finales de este mismo año se unen al grupo el fotógrafo Tito Vallacco (en dos exposiciones tempranas del grupo) y el boliviano Raúl Lara (con una corta militancia de 6 meses). En 1960 se incorporan a la formación Juana Elena Diz y Pascual Di Bianco.
Un movimiento vivo
Su historia se ve marcada por las idas y venidas de los miembros que lo conformaron. Se diferencian a grandes rasgos dos períodos: el primero de ellos, entre 1959 y 1961, marcado por la salida de Carpani del grupo; y una segunda etapa del 1962 hasta 1968, fecha de disolución del mismo por iniciativa de sus propios integrantes.
Especialmente la salida de Carpani debido a discrepancias en sus planteamientos (más adherido este a la militancia política y sindical), seguida de la de Di Bianco, liberó al movimiento de la carga política y la estética del panfleto. Pero no fueron los únicos cambios en las filas del grupo. En 1963 se desliga también Bute (este de forma amistosa, para trasladarse a vivir a París) y dos años más tarde se incorpora el italiano residente en Argentina Franco Venturi.
El movimiento, en continua evolución, parte de la pintura americanista de sus inicios hacia una renovación de la tradición a través de la asimilación de las propuestas vanguardistas y contemporáneas. Crearon un arte joven representativo del panorama de su país y del continente, que llegó a establecerse como grupo ineludible de la década de los años 60.
En 1968 se pone fin a la actividad del Movimiento Espartaco con la exposición realizada en la galería Witcomb, en la que invitaron a participar también a Bute, Carpani, Di Bianco y Lara. Esta disolución es resultado de la llegada de nuevos planteamientos críticos en el arte argentino, lo que hizo que la postura de los espartaquistas dejase de ser la alternativa minoritaria, por lo que su existencia como grupo aislado dejaba de tener sentido.
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